ZACARÍAS
9-14
Contra
las naciones
(Am 1,3-10)
9 1Una palabra
del Señor en territorio de Jadrac, con residencia en Damasco; porque al Señor le
pertenece la capital de Siria como todas las tribus de Israel; 2y también la
vecina Jamat, y Tiro y Sidón las habilísimas.
3Tiro se construyó una fortaleza, amontonó plata como polvo y oro como barro de la calle;
4pero el Señor la desposeerá, arrojará al mar sus riquezas y ella será pasto del fuego.
3Tiro se construyó una fortaleza, amontonó plata como polvo y oro como barro de la calle;
4pero el Señor la desposeerá, arrojará al mar sus riquezas y ella será pasto del fuego.
5Ascalón
al verlo temblará, Gaza se retorcerá, y también Ecrón, por el fracaso de la que
era su esperanza. Perecerá el rey de Gaza, Ascalón quedará deshabitada.
6En Asdod habitarán bastardos, y aniquilaré el orgullo de los filisteos.
6En Asdod habitarán bastardos, y aniquilaré el orgullo de los filisteos.
7Les arrancaré
de la boca la sangre y de los dientes las comidas nefandas entonces un resto de
ellos será de nuestro Dios, será como una tribu de Judá, y Ecrón como los jebuseos.
8Pondré
una guarnición en mi casa contra los que merodean, y no volverá a pasar el tirano,
porque ahora vigilo con mis ojos.
porque ahora vigilo con mis ojos.
Paz y guerra
9 Alégrate,
ciudad de Sión: aclama, Jerusalén; mira a tu rey que está llegando: justo, victorioso,
humilde, cabalgando un burro, una cría de burra.
10Destruirá
los carros de Efraín y los caballos de Jerusalén; destruirá los arcos de guerra
y dictará paz a las naciones; dominará de mar a mar, del Gran Río al confín de la tierra.
11Por la sangre de tu alianza, libertaré a los presos del calabozo.
12Volved a la plaza fuerte, cautivos esperanzados; hoy te envío un segundo mensajero.
y dictará paz a las naciones; dominará de mar a mar, del Gran Río al confín de la tierra.
11Por la sangre de tu alianza, libertaré a los presos del calabozo.
12Volved a la plaza fuerte, cautivos esperanzados; hoy te envío un segundo mensajero.
13Tenderé
a Judá como un arco y lo cargaré con Efraín; Sión, te convierto en espada de campeón,
e incitaré a tus hijos contra los de Grecia.
14EI Señor
se les aparecerá disparando saetas como rayos, el Señor tocará la trompeta y avanzará
entre huracanes del sur.
15EI Señor de los ejércitos será su escudo: se tragarán como carne a los honderos, beberán como vino su sangre, se llenarán como copas o como salientes de altar.
15EI Señor de los ejércitos será su escudo: se tragarán como carne a los honderos, beberán como vino su sangre, se llenarán como copas o como salientes de altar.
Fecundidad
16Aquel
día el Señor los salvará, y su pueblo será como un rebaño en su tierra, como piedras
agrupadas en una diadema.
17 ¿Cuál
es su riqueza, cuál es su belleza? Un trigo que desarrolla a los jóvenes, un vino
que desarrolla a las jóvenes.
ZACARfAS
9-14
El
libro de los Doce profetas menores concluye con tres colecciones encabezadas las
tres por la fórmula: Oráculo. Palabra del Señor ... : Zac 9,1; 12,1; Mal 1,1. Si
tenemos en cuenta que Malaquías no es nombre, sino título, "Mi mensajero",
parece claro que el editor del libro añadió al último profeta conocido, Zacarías,
tres colecciones de oráculos anónimos. La tercera terminaría convirtiéndose en
el libro de Malaquías
Autor
y época. ¿De quién proceden estos seis capítulos? Los
comentaristas han dado respuestas diversas: de un solo autor; de dos, para 9-11
y 12-14; son una antología de textos de origen diverso no identificable. Época:
se ha propuesto desde el siglo VIII al II, basándose en tres indicios bastante ambiguos:
9,1-8 una amenaza se extiende a Tiro, Sidón y Filistea; 9,13 menciona los "jonios"
o griegos; 10,10s menciona conjuntamente a Egipto con Asiria. Nos parece más probable
una época a partir de las campañas de Alejandro Magno.
La
obra. Vamos a fijarnos en divisiones mayores,
descendentes. La primera distingue 9-11 y 12-14. Después divide 9-11 en tres bloques.
a) 9,1-10.2 canta las victorias del Señor, la liberación de su pueblo, la
fecundidad de las lluvias. b) 10,3-11.3 canta batallas y victorias de Judá y de
Efraín, y la derrota del enemigo poderoso. c) 11,4-7 + 13.7-9 contiene una
alegoría de pastores del pueblo.
La
segunda parte está formalmente articulada por siete fórmulas "sucederá
aquel día": 12,3.9; 13,2.4; 14,6.8.13. Temáticamente dominan temas
escatológicos: el asalto de los paganos contra Jerusalén, la victoria y purificación
de la capital, la instauración de una era de paz, con festejos cúlticos.
La
presencia de Zac 9-14 en el NT es abundante: 9., citado en Mt 21,5 Y Jn 12,5; 11,12s
citado en Mt 27,9s (con un error de atribución); 12,10 citado en Jn 19,38 y Mt 24,30;
13,7 en sentido acomodaticio en Mt 26,31 Y Mc 14,27. Inspira además otras escenas
de los evangelios y del Apocalipsis.
9,1-11,3
A pesar de serias dificultades de detalle, una composición de conjunto se puede
descubrir en estos versos. La composición puede ser posterior a la existencia
de algunas de sus piezas.
La
imagen de conjunto no nos resulta extraña. Dios entra en la historia con una
gran acción liberadora, que se articula en las dos direcciones tradicionales: castigo
del enemigo opresor y salvación del pueblo escogido. La última se articula a su
vez en: defensa de la capital, repatriación de exiliados, purificación interna,
prosperidad. Como el autor se deja llevar de reminiscencias formales y
temáticas, sin seguir un orden riguroso, voy a reordenar lógicamente los
motivos principales, para facilitar una lectura de conjunto .
A) El
castigo del enemigo se reparte en el comienzo (9,1-7) Y el final (10,11-11.2), y
está implícito en la visión guerrera (9,13-15 y 10,4-7. B) La salvación se
distribuye así: a)
defensa de Sión (9,8); b) purificación de armas (9,10), de ídolos (10,2), de malos jefes
(10,2s); c) repatriación (9,11s y 10,6-12); d) reinado pacífico (9,9s), fecundidad humana y
agrícola (10,8s y 9,17-10,).
defensa de Sión (9,8); b) purificación de armas (9,10), de ídolos (10,2), de malos jefes
(10,2s); c) repatriación (9,11s y 10,6-12); d) reinado pacífico (9,9s), fecundidad humana y
agrícola (10,8s y 9,17-10,).
El
autor comunica una visión dramática de la historia porque sabe que muchos se oponen
a la instauración de un reino de justicia y de paz; aunque el Señor no actúa
incontrastado, saldrá vencedor. La visión es además paradójica, porque el Señor
quiere vencer usando como arma un pueblo inerme, aunque movilizando fuerzas
cósmicas. También la repatriación repite algunas paradojas del Éxodo: al compás
de la invocación al Señor, los débiles derrotan a la caballería (Ex 14,6s) y un
mar hostil queda seco (Ex 14,21 s). Suenan también recuerdos del tiempo de los
Jueces y de la monarquía davídica.
Los
recuerdos tradicionales son más fáciles de identificar que las referencias
históricas.
Probablemente Asiria representa la Siria de los Seléucidas, y Egipto el reino de los Tolomeos. Algunos piensan que la conquista de Tiro (9,4) alude a la victoria de Alejandro Magno (332); pero también Tiro podría ser cifra de la capital costera Antioquía.
Probablemente Asiria representa la Siria de los Seléucidas, y Egipto el reino de los Tolomeos. Algunos piensan que la conquista de Tiro (9,4) alude a la victoria de Alejandro Magno (332); pero también Tiro podría ser cifra de la capital costera Antioquía.
En
conjunto, a una interpretación histórica precisa, de hechos únicos, prefiero
una interpretación ideal y escatológica: llega el reinado del Señor, que se
prepara con grandes victorias y se consuma con la gran vuelta final, la del
tercer éxodo. Si la situación histórica suministró datos al autor, son las grandes
tradiciones de Israel las que alientan en la composición.
9,1 El
comienzo requiere varias correcciones y se presta a muchas conjeturas. Es obvio
corregir Adam en Aram (Siria); el verbo "lindar" tiene en hebreo las
mismas consonantes que Biblos. La palabra del Señor proclama su dominio sobre
territorios extranjeros, sin que les valga poder o saber. Recuerda los dominios
davídicos (2 Sm 15,10;19,10; 24.2). La palabra "residencia" está
cargada teológicamente: "morada" del Señor es Palestina (Sal 95,11), lo son Sión y el templo (Is 11,10; 66,1; Sal 132,8.14).
cargada teológicamente: "morada" del Señor es Palestina (Sal 95,11), lo son Sión y el templo (Is 11,10; 66,1; Sal 132,8.14).
9,1-8
Un oráculo unitario se asesta directamente contra Siria y su capital tradicional,
baja hacia la costa fenicia y barre la franja costera hasta la pentápolis
filistea. Son los dominios occidentales de los "griegos" o seléucidas.
Imita a Miq 1,10-16 o Sof 2,4-15. Al final la palabra se recoge en la capital
de Judá en actitud vigilante.
9,2-3
Las ciudades fenicias descuellan tradicionalmente por su habilidad (Ez 28,3-6).
Por medio del comercio Tiro acumuló riquezas y reforzó su posición estratégica.
9,4 El
castigo se realiza por una alianza de agua y fuego (cfr. Ez 27 y 28,18).
9,5-6
En la Pentápolis filistea falta Gat.
Como es
costumbre, el autor parece jugar con los nombres: pues Gaza consuena con fuerte,
Ecrón con estéril, Ascalón con baldón y Asdod con destrucción.
9,7 En
sentido propio, la sangre en la boca puede referirse a la costumbre de comer sangre,
que los judíos aborrecen (Lv 11 y Dt 14). En sentido metafórico, evoca una
crueldad sanguinaria. Dios les quita su hábito nefando o les arranca la víctima
de la boca. Los jebuseos, cuya capital era Jerusalén, se integraron en la
comunidad israelítica.
9,8 "Merodear"
describe los movimientos de los ejércitos mercenarios en la época seléucida. El
término hebreo de "tirano" es clásico: Ex 3,7; 5,6.10; Is 9,3 etc. El
templo, desde su altura geográfica, queda al margen de los movimientos de la
costa y en posición vigilante, como atalaya bien protegida. Dios en persona se
encarga de la guardia.
9,9-15
Prescindiendo de un par de versos difíciles, la visión es nítida y gloriosa. Se
inspira en pasajes sobre el reinado del Señor, como Sal 96 y 98, Is 62; los
versos 9-10 se pueden comparar con Miq 4-5.
Consumada
su victoria, el rey vuelve a la capital para inaugurar en ella una era de paz y
esplendor. No entra triunfalmente, sino con toda sencillez (compárese con 2 Sm
19; Is 40,10; 63,1-3). No va a liberar con un poderoso armamento, sino desarmando a su
pueblo (Miq 5,9) y actuando él personalmente (Sal 98,2); no por medio de alianzas
humanas (Is 30,1-7), sino en virtud de su alianza sellada con sangre (Ex 24). También
el pueblo ha de ser sencillo y humilde, como un rebaño (16), toda su riqueza
será la cosecha de grano y vino (17), para la cual dependerán de la lluvia, que
es don de Dios (10,1). Si aceptan ese papel, el Señor hará de ellos un joyel
(16), espada y arco (13), corcel (10,3).
9,9a
Gozo de la capital por la llegada de su rey: 2 Sm 19; 1 Re 1,40; Is 65,18; Sof
3,17 etc.
9,9b No
hay monarca davídico porque el reyes el Señor: véanse Is 33,22; Sof 3,15; Miq 4,7.
Su llegada: Sal 96,13; 98,8s; Is 62, 11. Justo y victorioso: ha vencido porque tenía
la justicia de su parte, o ha vencido defendiendo la justicia.
9,9c El
burro era la cabalgadura de los Jueces (5,10; 10,4; 12,140; los reyes preferían
las mulas (2 Sm 13,29; 1 Re 1,33).
9,10a Carros y caballos se obtenían comerciando con Egipto (Dt 17,16); los profetas los condenan como signo de militarismo: Is 2,7; Miq 5,9.
9,10b
Se destruyen las armas para dictar una paz universal: Is 2,2-5; 9,6; Mi 4,1-3 y
Sal 76.
9,10c
Los dominios como los del rey histórico y mesiánico: Sal 2,8; 18,44; 72,8; Miq 5,3.
9,11
Comienza la liberación de los cautivos: Is 42,7; 49,9.51,14.
9,12
Invirtiendo el orden de los dos versos, el sentido se aclara. "Segundo
mensajero": pensando quizá en Is 40 como el primero.
9,13
Como el Señor tiene dos ejércitos, del cielo y de la tierra (Ex 12,41.51), así
tiene dos arsenales, el celeste de los meteoros y el terrestre de Judá y Efraín
ya reconciliados (cfr. Is 11,11). La mención de los griegos disuena por razones
internas; pero compárese con Is 11,12. El Señor mueve o moviliza sus armas.
9,14
Teofanía, como en Jos 10,10; 1 Sm 7,10; Sal 18 etc. Los rayos son las flechas y
el trueno se disfraza de trompeta.
9,15
Este verso es un enigma dificilísimo. Sólo puedo ofrecer explicaciones conjeturales.
9,15b
La comida les da fuerza para despreciar y pisar victoriosamente las piedras que lanzan los honderos; o bien, corrigiendo, la traducción ofrecida.
9,15c
Después de beber, producen el ruido de un ejército en campaña (Is 5,30; 14,3; 16,2
etc); o bien, corrigiendo, la traducción ofrecida.
9,16-10,2
El tema es la fertilidad agrícola, que el Señor otorga, y no los baales.
9,16c
Verso difícil. Parafraseando: las doce tribus eran como piedras engastadas en
una diadema; por el destierro se dispersaron y quedaron esparcidas, pero el Señor
las reúne de nuevo.
9,17 Ya
en la tierra prometida se reanuda el ciclo fecundo de las cosechas, la grande y
simple riqueza de un pueblo que no aspira a potencia militar. Una juventud que crece
sana y vigorosa es don y garantía de futuro: Sal 127,4; 128,3; 144,12.
La
construcción es ejemplo de disposición por correlativos, y equivale a "trigo
y vino para mozos y mozas". El vino añade el tono festivo (léase sobre el
fondo de Lam 1,18; 2,21; 5,11-13).
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