11 1Abre tus puertas, Líbano,
que el fuego
se cebe en tus cedros.
2Gime, ciprés, que ha caído el cedro,
han talado los árboles próceres;
gemid, encinas de Basán,
2Gime, ciprés, que ha caído el cedro,
han talado los árboles próceres;
gemid, encinas de Basán,
que ha
caído la selva impenetrable
3Oíd: gimen los pastores,
3Oíd: gimen los pastores,
porque
han asolado sus pastos;
oíd:
rugen los leones,
porque han
asolado la espesura del Jordán.
Ovejas y
pastores
(Ez 34)
(Ez 34)
4Así dice
el Señor, mi Dios: Engorda las ovejas para la matanza: 5los compradores las matan impunemente, los vendedores
dicen: «¡Bendito sea Dios!, me hago rico», los pastores no las escatiman.
6No
volveré a perdonar a los habitantes del país -oráculo del Señor- entregaré a
cada uno en manos de su pastor y de su rey; cuando destruyan el país, no los libraré
de sus manos.
7Entonces
yo engordaré las ovejas para la matanza, por cuenta de los tratantes. Tomé dos
varas: a una la llamé Belleza, a la otra Concordia, y seguí engordando las ovejas. 8En un mes eliminé a los tres pastores: ya no los aguantaba ni ellos ni a mí. Les dije:
varas: a una la llamé Belleza, a la otra Concordia, y seguí engordando las ovejas. 8En un mes eliminé a los tres pastores: ya no los aguantaba ni ellos ni a mí. Les dije:
9-No
quiero seguir pastoreando con vosotros. Si una se muere, que se muera; si una perece,
que perezca; las que queden se comerán unas a otras.
10fomé la
vara Belleza y la rompí, en señal de que anulaba mi alianza con todas las naciones.
11quel día se anuló, y los tratantes que me vigilaban comprendieron que se trataba de una palabra del Señor.
11quel día se anuló, y los tratantes que me vigilaban comprendieron que se trataba de una palabra del Señor.
12Entonces
les dije:
-Si os
parece bien, pagadme el salario; si no, dejadlo.
Ellos pesaron
mi salario: treinta siclos.
13y el
Señor me dijo: -Échalo en el cepillo.
Yo tomé aquella valiosa suma en que me habían valorado y la eché en el cepillo del templo
del Señor.
Yo tomé aquella valiosa suma en que me habían valorado y la eché en el cepillo del templo
del Señor.
14Después
rompí la segunda vara, Concordia, en señal de que anulaba la hermandad de Judá
e
Israel.
Israel.
15El Señor
me ordenó: Procúrate los aperos de un pastor torpe.
16Porque yo pondré en el país un pastor que descuide a las extraviadas y no busque a las perdidas, que no cure a las heridas ni alimente a las sanas, que se coma las cebadas y les arranque las pezuñas.
16Porque yo pondré en el país un pastor que descuide a las extraviadas y no busque a las perdidas, que no cure a las heridas ni alimente a las sanas, que se coma las cebadas y les arranque las pezuñas.
17iAy del
pastor torpe que abandona el rebaño!
Un puñal
contra su brazo,
contra su ojo derecho:
que se le paralice el brazo,
contra su ojo derecho:
que se le paralice el brazo,
que se le
ciegue el ojo derecho.
11,1-3
Los árboles
próceres, en concreto cedros y encinas, son imagen tradicional de los poderosos
(Is 2,13; 37,24; Ez 31) El león puede representar al poder agresor (Jr 25, 38).
Los pastores que gimen son los pastores infieles.
Es un final
elegíaco en que armonizan las voces de los árboles, de los pastores y el rugido
de los leones.
11,4-17
+ 13,7-9, Este oráculo de pastores es de lo más difícil de entender en toda la literatura
profética, por razones formales y de contenido.
a) Forma.
Es claro que se trata de una acción simbólica, de las que fue especialista Ezequiel
y que suelen seguir el siguiente esquema: mandato del Señor, ejecución del profeta,
explicación de sentido en un oráculo que anuncia el futuro. La ejecución suele
responder fielmente al mandato. Como la ejecución debe suscitar sorpresa entre
los espectadores, la explicación no se debe adelantar. Pues bien, Zacarías
adelanta la explicación y su ejecución no responde al mandato. Varias explicaciones
interrumpen la acción, sin llegar a componer una explicación acabada. Las podemos
escuchar como apartes de un trujamán, que apunta desde fuera a la escena, o como
indicaciones del director de escena, o como apartes del mismo protagonista.
Si arrojan alguna luz sobre el contenido, rompen la coherencia formal.
Si arrojan alguna luz sobre el contenido, rompen la coherencia formal.
b) Contenido.
El problema es comprender los hechos a que la pantomima se refiere: ¿son
hechos históricos?, ¿o son hechos típicos, aplicables a situaciones semejantes?
Primero hay que captar bien la escena con sus personajes y argumento. Podemos
dividirlo en dos actos o cuatro escenas:
En una
situación de mercadería, en que pastores y mercaderes explotan a las ovejas, llega
un pastor nuevo, diligente y cumplidor. En un mes de trabajo logra eliminar a
tres malos pastores, pero la situación no mejora sustancial mente.
Entonces
decide retirarse y abandonar el rebaño; en señal de ello rompe públicamente uno
de sus cayados. Pide la paga del mes y la deposita en el tesoro del templo.
Vuelve
a presentarse, rompe el segundo cayado y se marcha. (Los espectadores infieren
que todo queda como antes).
El actor
de antes reaparece en figura de pastor torpe y descuidado, como para empeorar la
situación. Una voz externa pronuncia sentencia contra ese pastor y da la orden de
ejecutarla. Después la misma voz anuncia una gran purificación y la
restauración.
Entendido
el argumento y guiados por una tradición profética, podemos ensayar una explicación.
El rebaño es el pueblo de Dios, a quien el Señor envía pastores: jueces, reyes,
gobernantes, también sacerdotes y profetas. Los jefes son interesados, descuidan
al pueblo y hasta negocian con él, lo venden a mercaderes extraños. Entonces el
Señor envía un nuevo pastor, que se enfrentará con los pastores aprovechados y cuidará
de las ovejas. Con un cayado las pondrá hermosas, con el otro las reunirá en un
rebaño único. Pero la resistencia de los otros zagales y las discordias de las
ovejas lo desalientan; se siente fracasado y renuncia al encargo. Para demostrar que él no se ha aprovechado, entrega el sueldo íntegro
al tesoro del templo. Ahora el Señor envía un pastor inepto, que llevará la situación
al extremo, de manera que se imponga una selección rigurosa en el rebaño. El pastor
inepto recibe su castigo, el rebaño vuelve a ser pueblo de Dios.
¿Ha
sucedido esto alguna vez en la historia de Israel?, ¿ha sucedido sólo una vez?,
¿puede volver a suceder? Nos faltan datos ciertos para identificar personajes y
argumento con seguridad. Pero, aun cuando el texto contuviera una referencia
histórica, no agotaría en ella su potencial de sentido. Puede compararse este
texto con Jr 23 y Ez 34.
11,4
"Para la
matanza": la orden adelanta sentido.
11,5
La invocación "¡Bendito
sea el Señor!" tiene en esta coyuntura un tono macabro: agradecer a Dios
la explotación que uno practica. Negociar con la muerte del pueblo y agradecérselo
a Dios.
11,6
"De su
pastor" o de su vecino (texto masorético), sugiriendo que también los súbditos
son culpables con sus rivalidades.
11,7
Mercaderes
aparecen de ordinario con valoración negativa (Os 12,8). "Belleza": dicho
de las vacas "hermosas" en Gn 41,2. La "concordia" de las
doce tribus o de los dos reinos bajo el pastor David.
11,10 Es extraña una alianza "con todas las
naciones"; quizá haya que corregir y leer "con mi pueblo".
11,12
Salario de un
mes o precio de un esclavo (Ex 21,32).
11,13
Sobre el tesoro
del templo: 1 Re 14,26; 2 Re 24,13. El dinero se entregaba en concepto de limosna,
contribución, multa, cumplimiento de promesa o en depósito.
11,14 Véase 1 Re 12.
11,16
Tercer aparte
explicativo, redactado con citas y alusiones de Ez 34.
11,17
La pena es una
mutilación que lo incapacita (cfr. Sal 137,5s).
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