Después
de una introducción, 1,1-6, sigue una serie de ocho o siete visiones, 1,7-6,8, interrumpida
por unas cuantas inserciones, dedicadas especialmente a Josué, 3,1-10, ya Zorobabel,
4,6-10 y 6,9-15. La tercera sección es más compleja. Una consulta sobre el
ayuno, 7,1-7, difiere la respuesta hasta 8,18s. Entre medias se lee una exhortación
ética y una serie de promesas centradas en Jerusalén.
Zacarías
se inserta conscientemente en la línea de los antiguos profetas (1,4), predica
la conversión, inculca las exigencias éticas, critica el culto sin justicia.
Depende de Isaías " (2,10-17) Y más de Ezequiel en procedimientos
literarios. Desarrolla un estilo visionario que adquiere en algunos momentos
formas casi surrealistas. Está anticipando la literatura apocalíptica. Esta
intersección de caminos hace más interesante la persona y el mensaje del
profeta. Su apertura a todas las tendencias, su capacidad de sintetizarlas sin
simplismos, lo convierten en modelo para no interpretar unilateralmente la tradición
profética.
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