sábado, 30 de noviembre de 2013

CAPÍTULO 6. ZACARÍAS.



8. Los cuatro carros

6 1 Alcé la vista de nuevo y vi aparecer cuatro carros entre dos montañas: las montañas eran de bronce. 2Del primer carro tiraban caballos alazanes; del segundo, caballos tordos; 3del tercero, caballos blancos; del cuarto, caballos píos.
4Pregunté al ángel que hablaba conmigo:
-¿Qué significan, señor?
5El ángel me respondió:
-Están al servicio del Dueño de todo el mundo y salen a los cuatro vientos. 6Los alazanes
parten hacia levante, los tordos hacia el norte, los blancos hacia poniente, los píos hacia el sur.
7Salían briosos, dispuestos a recorrer la tierra.
El les ordenó:
-Recorred la tierra.
8y lo hicieron. Y a mí me gritó: -Los que salen hacia el norte aplacan mi ira contra el país del norte.

La corona

9El Señor me dirigió la palabra:
10-Pide dones a los exiliados que han vuelto de Babilonia: a Jelday, Tobías y Yedayas; después
vete a casa de Josías, hijo de Sofonías. 11Toma oro y plata, haz una corona y pónsela en la cabeza a Zorobabel hijo de Sealtiel. 12y le dirás:
Así dice el Señor de los ejércitos:
Ahí está el hombre llamado Germen,
que construirá el templo
-su descendencia germinará-;
13él construirá el templo, él asumirá la dignidad
y se sentará en el trono para gobernar;
mientras el sumo sacerdote se sentará en el suyo,
y reinará la concordia entre los dos.
14La corona quedará en el templo del Señor
como recordatorio para Jelday, Tobías, Yedayas y
Josías, hijo de Sofonías.
15Si obedecéis al Señor, vuestro Dios,
de lejos vendréis a construir el templo,
y sabréis que el Señor de los ejércitos
me ha enviado a vosotros.

EXPLICACIÓN.

6,1-8 Esta última visión empalma con la primera; sólo que en vez de jinetes, tenemos carros, en vez de tres colores, tenemos cuatro, en vez de inspección tenemos castigo. El texto hebreo ha sido manipulado, especialmente el v. 6; la traducción intenta subsanar incoherencias. Con todo, queda un problema: si los expedicionarios son cuatro y parten en cuatro direcciones, ¿por qué el castigo alcanza sólo al país del Norte? Porque ese país es, según Jeremías (3,18; 4,6; 6,1.22 etc.), Babilonia, donde se ha acumulado y entronizado la maldad. 

Las carrozas con los aurigas se encuentran en una zona remota, en la corte del Soberano del mundo; la rodean montañas, con un desfiladero de entrada y salida. El material traslada las montañas al reino de la fantasía. 

6,8 Si el "país del norte" es Babilonia, tenemos el siguiente proceso: los judíos han de huir (2,10), la maldad se instala allí (5,11), la cólera se desfoga contra ese país. Las visiones han terminado, pero queda algo por decir. 

6,9-15 A la investidura del sumo sacerdote (3,1-10) corresponde la coronación del rey. En sentido técnico, Zorobabel no fue rey coronado, pues era un jefe local sometido a Darío; en sentido lato se podría considerar como rey vasallo del emperador. Al profeta parece interesarle más la categoría de sucesor legítimo de David, "Germen". La corona ceñida el día de la entronización queda en el templo como recordatorio. ¿Recordatorio de ese día o de la institución real cuando falte el rey? 

Zorobabel despareció del escenario histórico en silencio, sin avisar, "mutis por el foro". Al faltar el monarca en funciones, el templo conserva como recordatorio y prenda de esperanza la corona que corresponde exclusivamente al sucesor legítimo, Germen, de David. Un día ocupó el mando supremo un sumo sacerdote (véase el final de 1 Mac, sobre la dinastía asmonea). Entonces un editor puso en el texto Josué donde decía Zorobabel (v.12). Ésta es la explicación más plausible de la anomalía. 

Hasta el final del v. 13 se completa el cuadro de los dos poderes, según el siguiente esquema:
                        Josué
                investidura  3,4
                promesa condicionada  3,7
                signos de Germen  3,8
                dos olivos  4,9
                servicio del Soberano  4, 14

                    Zorobabel
                coronación  6, 11
                promesa condicionada   6,15
                Germen presente  6, 12
                dos tronos  6,13
                gobierno concorde  6, 13

6,11 La corona es del rey: 2 Sm 12,30; Jr 13,18; Sal 21,4; Lam 5,15. 

6,13 La "dignidad" se predica del rey en Jr 22,18; Sal 21,6; 45,4 etc. 

6,15 La colaboración de hombres venidos de lejos no encaja ni en tiempo de Zacarías ni en tiempo de Nehemías; a no ser que se trate de nuevas ondas de repatriados. Parece adición. Al final, el profeta acredita su misión. 

En estos seis capítulos, el profeta ha compuesto un cuadro bastante completo de la restauración, profundizando su perspectiva hacia el futuro.

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