sábado, 30 de noviembre de 2013

CAPÍTULO 4. ZACARÍAS.


5. El candelabro y los dos olivos
(Ap 11,1-14)

4 1Volvió el ángel que hablaba conmigo y me despertó como se despierta a uno del sueño; 2y me dijo: -¿Qué ves?
Contesté: -Veo un candelabro de oro macizo con un cuenco en la punta, siete lámparas y siete
tubos que enlazan con la punta. 3Y dos olivos junto a él, a derecha e izquierda.
4Pregunté al ángel que hablaba conmigo:
-¿Qué significa, señor?
5El ángel que hablaba conmigo contestó:
-Pero ¿no sabes lo que significan?
Repuse: -No, señor.
6ªEntonces él me explicó:
10b-Esas siete lámparas representan los ojos del Señor, que se pasean por toda la tierra.
11Entonces yo pregunté: -¿Y qué significan esos dos olivos a derecha e izquierda del candelabro?
12Insistí: -¿Qué significan los dos plantones de olivo junto a los dos tubos de oro que conducen el aceite?
13Me dijo: -Pero ¿no lo sabes?
Respondí: -No, señor.
14Y me dijo: -Son los dos ungidos que sirven al Dueño de todo el mundo.
6bEn esto dice el Señor a Zorobabel: -No cuentan fuerza ni riqueza, lo que cuenta es mi espíritu -dice el Señor de los ejércitos-. 7 ¿Quién eres tú, montaña señera? Ante Zorobabel serás allanada. Él sacará la piedra de remate entre exclamaciones: «¡Qué bella, qué bella!»
8El Señor me dirigió la palabra:
9-Zorobabel con sus manos puso los cimientos de esta casa y con sus manos la terminará. Y
así sabrás que el Señor de los ejércitos me ha enviado a vosotros. 10ªEl que despreciaba los
humildes comienzos, gozará viendo en manos de Zorobabel la piedra emplomada.

EXPLICACIÓN.

4,1-14. La exhortación de 6b-10a se ha metido como una cuña, interrumpiendo el curso obvio del discurso; restablezco un orden que facilite la lectura. Después del sumo sacerdote, le toca al jefe civil, su colega. El autor sigue inspirándose en textos del Éxodo, añadiendo datos de su cosecha. 

a) El candelabro era pieza importantísima del ajuar del templo: se alimentaba con aceite purísimo y ardía en presencia del Señor (Ex 25,31-40 y 27,20s) El profeta introduce dos cambios: no es alimentado con aceite humano; es él la presencia vigilante del Señor, sus ojos (Is 37,17). El autor funde poéticamente el alumbrar y el ver: el sol que todo lo alumbra, lo ve todo; nuestro ojo es nuestra lámpara (Mt 6,22). 

b) Los dos plantones de olivo crecen en el templo del Señor (Sal 92,14): son dos visires o vicarios del Dueño de todo el mundo. También aquí se realiza la fusión poética: los olivos que producen aceite han recibido el aceite de la unción, como savia divina que los mantiene lozanos, como sello del poder y garantía de su capacidad (Ex 29,7; Lv 4). Significan el poder civil y religioso en perfecta armonía, flanqueando al Señor presente (cfr. Jr 33,17s). Son, en tiempo de Zacarías, Josué y Zorobabel; cambian en lecturas posteriores. 

c) La obra concluye entre solemnes festejos. La aclamación del pueblo es ambigua o polivalente. La palabra hebrea significa la belleza que atrae y el favor que se otorga. El templo es obra de belleza cabal (sal 50,2), de gran atractivo (Ez 24,21), el Señor con esa piedra "completa sus favores" (Sal 138,8).4,2 1 y 7 son números de unicidad y totalidad. 

4,10b "Pasearse" tiene carácter oficial de inspección: 2 Sm 24,2.8; Job 1,7; Jr 5,1. 

4,14 Silencia la soberanía política de los persas y reduce la autoridad de los jefes judíos. 

4,6b Principio tradicional: Dt 8,17; Jue 6,14; 1 Sm 2,9; Sal 33,16. 

4,7 Es la montaña que se interpone: Is 51,25; Dn 2,35.44s. 

4,9-10 La montaña se allana, el templo se alza, Jerusalén es la capital del Dueño universal (Sal 48).

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