Antes
de tratar del autor y de su obra, hay que discutir esta cuestión previa. La
mayoría de los comentaristas modernos distinguen dos partes en el libro, 1-8
(A) Y 9-14 (B) diversas por contenido, estilo e intención. A se ocupa del
templo, B prescinde de él; A da mucha importancia a la actividad humana, B sólo se fija en la acción de Dios; A
estima mucho la profecía, B asiste a su desaparición; A es libro de visiones, B
de oráculos; en A abundan los datos biográficos, son escasos en B; en A abundan
las fórmulas proféticas, en B las apocalípticas. Se puede aceptar la distinción
como sólidamente probable.
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