Consulta
litúrgica:
culto y justicia
(ls 58)
culto y justicia
(ls 58)
7 1 El año cuarto del reinado de Darío, el cuarto del mes noveno, es decir,
Casleu, el Señor dirigió la palabra a Zacarías.
2Betel-saréser
había enviado a Reguemmelec con su séquito a aplacar al Señor 3y a consultar a
los sacerdotes del templo del Señor de los ejércitos y a los profetas lo
siguiente:
-¿Debemos
observar el quinto mes un día de duelo y abstinencia como lo venimos haciendo
desde hace años?
desde hace años?
4El
Señor de los ejércitos me dirigió la palabra:
5-Di a
la gente del campo y a los sacerdotes:
Cuando
estos setenta años ayunabais
y hacíais duelo
y hacíais duelo
los
meses quinto y séptimo,
¿lo hacíais en mi honor?
¿lo hacíais en mi honor?
6Cuando
coméis y bebéis,
¿no lo
hacéis en provecho propio?
7Recordad las palabras que proclamaba el Señor por medio de los antiguos profetas, cuando
todavía estaban habitados y en paz Jerusalén, los pueblos de su comarca, el Négueb y la Sefela.
7Recordad las palabras que proclamaba el Señor por medio de los antiguos profetas, cuando
todavía estaban habitados y en paz Jerusalén, los pueblos de su comarca, el Négueb y la Sefela.
8EI
Señor dirigió la palabra al profeta Zacarías:
9-Así
dice el Señor de los ejércitos:
Juzgad
según derecho,
que
cada uno trate a su hermano
con
piedad y compasión,
10no
oprimáis a viudas, huérfanos,
emigrantes y necesitados,
emigrantes y necesitados,
que
nadie maquine maldades contra su prójimo.
11Pero no hicieron caso,
11Pero no hicieron caso,
me
dieron la espalda rebelándose,
se taparon los oídos para no oír.
se taparon los oídos para no oír.
12Empedernidos,
no escucharon la ley
ni las palabras
ni las palabras
que el
Señor de los ejércitos
inspiraba a los antiguos profetas.
inspiraba a los antiguos profetas.
Entonces
el Señor de los ejércitos
se encolerizó y dijo:
se encolerizó y dijo:
13Como
no escucharon cuando yo los llamaba,
no los escucharé cuando me llamen.
no los escucharé cuando me llamen.
14Y los
zarandearé por naciones extranjeras;
a su
espalda quedó la tierra devastada,
sin
vecinos ni viandantes.
Así
convirtieron una tierra envidiable
en una desolación.
en una desolación.
EXPLICACIÓN.
7,1-14
Por temas y fórmulas, este capítulo empalma con la introducción, 1,2-6, componiendo
con ella un marco parenético a las visiones. En ambos se inculca la observancia
de la ley apelando al ejemplo de los padres. Se plantea como consulta litúrgica
sobre el ayuno: al remitir la respuesta formal a la serie de las promesas (8, 18s),
el capítulo toma otro sesgo que intentaré explicar. Ante todo, los versos 8-9a
son una cuña innecesaria, que interrumpe el discurso (enmiendo el texto).
La
consulta litúrgica se dirige a los expertos, sacerdotes y profetas (¿cúlticos?,
¿de una corporación?). Dios interviene por medio de su profeta personal, cambiando
el planteamiento de la consulta. En otros términos, en vez de contestar, Dios
cambia la pregunta y con ella el horizonte. Ejemplo insigne de dialéctica
interpretativa.
Los judíos
venían celebrando un ayuno el mes quinto, quizá conmemorando la caída de
Jerusalén, y otro el mes séptimo, quizá conmemorando el asesinato de Godolías. Una
vez que el pueblo ha retornado del destierro y el templo está reconstruido, ¿hay
que seguir ayunando?, ¿pesa más la desgracia pasada que la liberación presente?
La pregunta está mal hecha: El ayuno se observa por la desgracia; y la
desgracia ¿por qué sucedió? Apelando al pasado: ¿qué predicaron los antiguos
profetas?, ¿cómo respondió el pueblo?, ¿cuáles fueron las consecuencias? -Pues,
a meditar y aplicarse la lección, que sigue siendo actual.
La
cuestión retorna así al viejo cauce de la tensión entre culto y justicia
social: Is 1,10-20 culto, Jr 7 templo, Is 58 ayuno. El ayuno es un modo de
suplicar y aplacar y mover a Dios; de nada sirve si el hombre persiste en sus
injusticias. Una vez más comprobamos la libertad crítica de la palabra de Dios.
Por los cauces institucionales del rito y la consulta a los técnicos no se iba
a resolver nada; peor, se iba a disimular el problema de fondo tranquilizando
por encima las conciencias. Zacarías interviene en nombre de Dios para relativizar
el rito y sacudir las conciencias.
7,2-3
Aplacar a Dios: Ex 32,11; 1 Re 13, 6; Jr 26,19. El llanto es litúrgico: Jue 2,4s.
7,6
Jerónimo cita 1 Cor 8,8.
7,9-10
Enseñanzas tradicionales: piedad (Jr 9,23; Os 6,6), oprimir (Lv 19,33; Dt
26,14; Jr 7,6), maquinar maldades (Miq 2,3; Nah 1,11 ).
7,12
Suena la bina "ley y profetas", éstos inspirados. Zacarías no está
menos inspirado que los antiguos profetas, y es capaz de hacer revivir los
viejos oráculos.